Hay muchos tipos de herramientas que ayudan al desarrollo de las empresas. Uno de las aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta, son los espacios de escucha y diálogo que se ofrecen a los trabajadores, generando ámbitos de trabajo más colaborativos y cooperativos, en donde todas las ideas sean igualmente escuchadas y respetadas, y a través de las cuales se alcancen los objetivos conjuntos.
Para conseguir espacios laborales más eficaces y productivos, es necesario dar a los trabajadores un lugar más protagónico en la empresa, favoreciendo el desarrollo de su creatividad y sus habilidades. Una herramienta para esto, es el modelo de aula invertida.
Una herramienta apta para potenciar la empresa
¿Qué es el aula invertida? Es un modelo pedagógico a través del cual se brinda mayor protagonismo a los estudiantes (trabajadores en el caso de una empresa), otorgando herramientas didácticas que favorezcan su autonomía e independencia.
En el ámbito educativo, que es de donde surge esta teoría, el aula invertida consiste en ofrecer a los estudiantes el material de estudio y bibliográfico para que lo analicen en sus hogares, y aprovechar el tiempo áulico para realizar tareas en conjunto que permitan debatir, analizar en mayor profundidad y contrastar lo estudiado.
Este método aporta herramientas para desarrollar su sistema cognitivo e intelectual, a la vez que favorece también las capacidades expresivas del habla y la lengua escrita. Al tener que leer y analizar el material en sus casas, para luego debatirlo y realizar trabajos en equipos, los estudiantes ponen en juego diversas habilidades cognitivas que involucran un mayor aprendizaje.
El gran beneficio de la autonomía e independencia a la hora de estudiar y aprender cosas nuevas, es que aporta a los estudiantes mayor seguridad y confianza en sí mismos, lo que los ayudará a desempañarse mejor en futuros roles laborales y sociales.
¿Cómo funciona?
Este modelo pedagógico pensado para ámbitos de estudio, puede aplicarse en empresas para favorecer el desarrollo y potencial el profesionalismo de sus trabajadores.
Si pensamos en los roles clásicos en la educación tradicional, podemos ver que el docente, era visto como el poseedor único del conocimiento que lo impartía a sus alumnos, seres pasivos que incorporaban ese saber. Con el avance de la sociedad, surgen nuevas teorías que desplazan o complementan las anteriores. La teoría del aula invertida supone un cambio en los roles educativos.
Además de tomar un papel más protagónico y autónomo, el estudiante se “equipara” con el docente. Es decir, el docente ya no es visto como el único conocedor, dueño del conocimiento real, sino que participa de la clase como un coordinador y moderador de los debates. Ofrece material de estudio para explorar alguna temática, cada uno de los integrantes del aula lo lee en sus casas, y luego se debate y trabaja en el aula.
De esta manera, el docente se vuelve algo así como un facilitador del aprendizaje. Se eliminan los vínculos verticalistas, y se abre paso a una nueva manera de entender la educación, más cooperativa y solidaria.
¿Cómo aplicar este modelo en empresas?
Teniendo en cuenta todo lo anterior, puede trasladarse el modelo de aula invertida a las empresas. Pero ¿de qué manera? A través de los diversos programas de capacitación empresarial.
Tal y como se hace en ámbitos educativos, el aula invertida puede trasladarse a las empresas. Las capacitaciones empresariales son fundamentales para brindar a sus empleados más y mejores herramientas de desarrollo personal y profesional.
Para hacer de estas capacitaciones instancias en donde los trabajadores sean protagonistas, aplicar el modelo del aula invertida puede ser una excelente idea. De esta manera, se enriquecerán los debates, en donde cada persona podrá aportar y desarrollar sus ideas, se consolidarán los conocimientos, se motivará más a los empleados a participar de este tipo de actividades.
Junto con el protagonismo del empleado, el método del aula invertida aplicado en empresas, contribuye a desarrollar diferentes competencias en cada trabajador. Tomar un material de estudio, analizarlo de manera personal y luego debatirlo en grupo, ayuda a generar hábitos de lectura que promueven el enriquecimiento cultural, ayuda a desarrollar herramientas cognitivas que mejoran las estrategias de razonamiento y también ayuda a desplegar nuevas y diversas herramientas lingüísticas para comunicar lo aprendido y las ideas propias a un otro a un grupo de colegas.
¿Por qué beneficia a la empresa?
Si tenemos en cuenta todos los beneficios que aporta el método pedagógico del aula invertida a nivel personal, podremos trasladarlo a un nivel empresarial.
Que una empresa cuente con empleados formados con más y mejores herramientas cognitivas, lingüísticas, creativas y sociales, hará que los objetivos planteados puedan lograrse con mayor facilidad, eficacia e innovación.
Una persona segura de sí misma, con un buen manejo de las herramientas que facilitan su trabajo y con ideas claras que puede comunicar a otros, hace que trabajar de manera colaborativa se vuelva más fácil, más práctico y más rendidor en cuanto al alcance de los diversos objetivos se refiere.
Además, los trabajadores que se sientan seguros en lo que hacen, que no duden de sus decisiones y que puedan contar con la colaboración de sus compañeros para diseñar planes de trabajo en equipo más eficaces, aportan el valor agregado que la empresa necesita. Enriquecen su capital humano.
Una empresa que cuenta con empleados más capacitados y satisfechos en sus trabajos, es una empresa que puede garantizar sus logros. Es muy importante tener en cuenta que los intereses de una persona no se limitan a la remuneración económica, por eso es clave que la empresa brinde herramientas de capacitación efectiva a sus empleados. Esto hará que ellos sientan que ocupan un lugar importante y fundamental allí, lo que los motivará también a realizar mejor sus tareas. Todos se benefician de una mirada más humanizada en sus espacios de labor.
Tener en cuenta el valor y capital humano, ayudar a potenciar las habilidades y competencias, y generar espacios de debate y escucha válidos para todos, es fundamental para garantizar el éxito de cualquier empresa.
