El capital intelectual es el activo más importante de una organización que no se puede comprar ni vender. Tiene que ser desarrollado y nutrido.
El término fue introducido por Thomas A. Stewart y James L. McKenney en “La crisis del capital intelectual” en 1998. Argumentaron que muchas empresas no administran su capital intelectual lo suficientemente bien como para lograr una ventaja competitiva sostenible, lo que conduce a una disminución de la economía, crecimiento y prosperidad para la sociedad en su conjunto.
El concepto ha sido utilizado por académicos y consultores para referirse al conocimiento colectivo, las habilidades y el saber hacer que residen en la mente de las personas de una organización.
Se trata del activo intangible que es la combinación de conocimientos, habilidades y competencias de las personas, los procesos y la tecnología de una organización. Es un recurso estratégico vital para cualquier organización porque no se puede comprar ni vender.
El capital intelectual debe desarrollarse y nutrirse invirtiendo en personas, mejoras de procesos y avances tecnológicos para mantenerse por delante de la competencia.
Es importante para una organización, porque le permite crear nuevos productos y servicios. También, ayuda a mejorar los ya existentes, mediante la generación de nuevas ideas y propicia la innovación. Es la fuente de valor para una organización
El capital intelectual se logra a través de la inversión continua en la formación y el desarrollo de los empleados. Debe ofrecerles oportunidades para aprender nuevas habilidades, aumentar sus conocimientos y desarrollar su experiencia.
Cuanto más capital intelectual tenga, mejor podrá su empresa competir en el mercado.
Puede lograrse también, mediante la capacidad de una empresa para identificar y proteger su propiedad intelectual. Esta, puede incluir patentes, derechos de autor, secretos comerciales, conocimientos técnicos, procesos y otros activos intangibles que tienen valor económico para la organización.
El objetivo de la gestión del capital intelectual (ICM) es crearlo y mantenerlo para generar una ventaja competitiva para las partes interesadas de la empresa.
Una forma de capital intelectual específica para cada empresa
Hay muchas maneras de medir el nivel de capital intelectual que tiene una empresa, lo que no existe, es una forma estándar y consistente de hacerlo. Pero, una opción es hacerlo midiendo al empleado en base a cuatro perspectivas: finanzas, clientes, procesos internos y capacidad organizacional.
Debido a la naturaleza nebulosa y las características definitorias del capital intelectual, también se le conoce como activos intangibles y medio ambiente.
Capital intelectual, datos específicos de cada empresa
Como mencionamos, existen varios métodos para calcular el capital intelectual de una empresa. Ninguno sigue un estándar o una regla que prevalecería en un sector. Sin embargo, para definirlo, todos se basan en las ya mencionadas, cuatro perspectivas:
- Su relación con las finanzas (en general, no sobre conocimientos específicos del mundo financiero).
- Sus relaciones sociales, especialmente con los clientes si su trabajo lo requiere.
- Sus procesos internos.
- Su capacidad organizativa.
Sin embargo, el capital intelectual no puede reducirse a una agregación del valor que se atribuye a cada persona por separado. Tomando por ejemplo el departamento de marketing de una empresa, dentro de ella están presentes dos empleados, uno especializado en marketing tradicional y otro en marketing digital.
Será la diversidad de conocimientos y habilidades lo que también incrementará el valor del capital. Así, no se puede decidir ningún método de cálculo para armonizar el valor, ya que varía según:
- Tamaño de la empresa
- Su sector de actividad
- El hecho de que sea especializada o multidisciplinar, etc.
¿Qué se considera capital intelectual?
El capital intelectual ha sido un tema popular de discusión desde la década de 1990. Ganó popularidad durante este tiempo debido al auge de las economías basadas en el conocimiento. Las empresas comenzaron a darse cuenta de que necesitaban invertir en su capital intelectual, porque se estaba volviendo más importante que el capital físico.
El capital intelectual se puede representar en tres grandes conceptos:
- Capital relacional: El capital relacional es un término utilizado en el mundo de los negocios para describir las relaciones sociales y personales que un individuo tiene con sus contactos. Hace referencia a cómo la red de relaciones personales y profesionales de un individuo puede ayudarlo a avanzar en su carrera.
El capital relacional de un individuo es la suma de todos los beneficios que recibe de su red, como oportunidades, referencias, presentaciones y contactos.
- Capital humano: es la suma de todos los recursos humanos. Se puede considerar como las habilidades y conocimientos que se requieren para producir bienes y servicios.
Es un término utilizado en economía para referirse al conocimiento, las habilidades, la experiencia y la educación de las personas que están disponibles para trabajar o están empleadas.
- Capital organizacional: es la suma de todos los recursos que una organización tiene a su disposición. Estos, incluyen los activos tangibles e intangibles, el conocimiento, las relaciones con las partes interesadas y los clientes, y las habilidades de las personas.
Es un concepto útil porque puede ayudar a las organizaciones a comprender mejor cómo pueden aprovechar sus recursos para obtener una ventaja competitiva.
Diferencia entre propiedad intelectual y activo intelectual
Aunque son dos conceptos que pudieran parecer iguales, la verdad es que propiedad intelectual y activo intelectual son cosas totalmente diferentes, aunque obviamente, relacionadas dentro del concepto del capital intelectual.
En el caso del activo intelectual, el concepto se refiere a cualquier activo intangible que nació dentro de una empresa. Son los activos más valiosos y pueden ser cualquier cosa, desde una patente hasta una marca comercial o una idea. Pueden ser de naturaleza específica o general y se identifican por su valor único.
Pero a diferencia de los activos registrables de la propiedad intelectual, no pueden registrarse en las bases de datos de propiedad intelectual por ser intangibles.
En otras palabras, no se puede proteger.